“En un mundo en el que todo está hecho, la creatividad es imprescindible.”
El término de la originalidad se define como la creación espontánea de algún elemento el cual es distinguido por su novedad. Al momento de diseñar; ya sea una pintura, un proyecto arquitectónico, una composición musical o algún otro medio de expresión artística; la mayoría del tiempo se busca ser “original”, pero ¿es posible serlo del todo?.
Mientras pasan los años surgen nuevos movimientos y por ende nuevos artistas. Una constante que se puede apreciar a través de la historia es como dichos artistas utilizan creaciones ya existentes para así reaccionar en contra o utilizar como punto de partida. Por ende existe una línea bien fina entre la inspiración y lo que se consideraría plagio. Al tomar inspiración de algo no necesariamente significa que pierdas la cualidad de originalidad, tal vez se implementen las mismas técnicas utilizadas o incorporen elementos utilizados en la fuente de inspiración pero no significa que se obtendrá el mismo resultado.
Un factor importante es reconocer que tomar inspiración de algún otro trabajo es totalmente normal y suele ocurrir mucho es cosa de simplemente reconocerlo como algo valido. De igual manera es también tener en mente la posibilidad de que dos individuos pueden utilizar distintos métodos de proceso y obtener el mismo resultado y conclusiones.
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