Entre frustraciones, dolores de cabezas, temblores y una cuarentena, finalmente puedo decir que finalice mi segundo año en la Escuela de Arquitectura de la UPRRP. Sin duda alguna este curso de diseño será de ser recordado por el resto de los tiempos, no tan solo por mí, si no seguramente por el resto de mis compañeros de la facultad. Ha sido un semestre de adaptación y aprendizaje. Pasar de la norma estipulada de clases presenciales a clases completamente virtuales no fue un paso fácil, pero lo logramos. Cada uno se enfrento con su propia realidad y tuvimos que adaptarnos a ella.
Este curso rompió con el estigma que parecen tener el resto de los cursos de diseño. Fuimos presentados con nuevas maneras de observar nuestra profesión y nuevas maneras de llevar a cabo nuestras ideas. Tuvimos libertad a crear nuestro propio camino y llegar a nuestras propias conclusiones. Aunque no haya sido claro en un principio, la manera de llevar esta clase definitivamente aporto al crecimiento y desarrollo del lado más creativo de la solución a nuestros problemas arquitectónicos.
コメント